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viernes, 22 de marzo de 2013

CRITERIOS PARA UNA BUENA ARQUITECTURA II: FUNDAMENTOS DE GEOMETRÍA

Habíamos definido al arquitecto, en cuanto profesional de la arquitectura, como aquel individuo con una habilidad, oficio o capacidad relacionados con la acción de concebir y materializar el entorno humano, entorno que debía ser favorable, como única condición para la valoración de su actividad. Un criterio claro, objetivo y evaluable, con el fin de no perdernos en debates ajenos a la verdadera arquitectura.


Tengo que advertir que, aunque el objetivo perseguido es claro y fácil de entender, la manera de conseguirlo no lo es tanto y requiere la comprensión de conceptos específicos de cierta complejidad.

Para entender de qué manera se ha de considerar este criterio, sabemos que el ser humano se desarrolla como tal a partir del equilibrio de tres aspectos, físico, emocional y mental. Podemos asociar estos concepto con los vértices de un triángulo. Estos tres aspectos funcionan en un nivel que podemos denominar horizontal, es decir, atañen al individuo y las relaciones que establece a su alrededor como tal. En un eje vertical, que podemos llamar espiritual, se encuentra el sentido de pertenencia a lo colectivo y el concepto de unidad, así como la relación entre el cielo, el cosmos, lo divino y la Tierra, lo físico, la materia. Este es un esquema muy elemental, pero eficaz para el objeto de nuestra discusión.


Si buscáramos una geometría asociada a este esquema, nos encontraríamos con un triángulo en la base y un vértice (o, mejor, un doble vértice, dependiendo del sentido del eje vertical que estemos considerando, con el que podríamos formar uno, o mejor, dos tetraedros). TETRAHEDRON es el primero de los cinco sólidos platónicos y es una figura muy importante con tremendo simbolismo, no en vano, la visión cenital de este doble tetraedro, más conocido como estrella tetraédrica, lo podemos encontrar en el símbolo de Israel, la estrella de David (*).

(*) ésta también se corresponde, desde el punto de vista energético, con cierta vista de la estructura interna de la descomposición fractal del octaedro, que pudiera ser el verdadero origen oculto de este símbolo, si bien para nuestra explicación resulta ambivalente, dada la función real de las pirámides egipcias y la intima relación histórica de Israel con Egipto.


Pero ¿de qué nos sirve esto?

Esta es una breve aproximación a cómo la geometría se encuentra inscrita, de forma no siempre evidente pero sí eficiente en todo lo que nos rodea y esta presencia permanente no es casual, es estructural. Toda la realidad es geométrica y la geometría tiene unas leyes, leyes que vienen codificadas en el lenguaje de las matemáticas. Antiguamente, a los arquitectos nos denominaban geómetras. Es triste observar la cantidad de cosas valiosas que nos hemos dejado en el camino y el poco valor real que tienen aquellas que las han sustituido. Por lo menos, estudiamos geometría y muchas matemáticas que nunca supimos para qué servían. Va siendo hora de que empecemos a conocer su verdadero significado, su significado alquímico oculto, aquel que guardaban celosamente los maestros de las pirámides, de las grandes obras clásicas y de la edad media, sin ir más lejos.


Los cuatro sólidos platónicos restantes son el exaedro o cubo, el octedro, el icosaedro y el dodecaedro. Todos ellos guardan unas relaciones específicas de caras y vértices y pueden ser inscritos o circunscritos por una esfera que pase por sus vértices o sea tangente al centro de sus caras, según el caso. Estos poliedros constituyen el olimpo de las geometrías y, a pesar del nombre, son conocidos desde la época megalítica así como sus propiedades. Los científicos de hoy en día se extrañan de que el hombre primitivo con herramientas rústicas de sílex fuera capaz de tallar en piedra estas geometrías con total precisión. Existen otros poliedros y combinaciones de los anteriores que proporcionan un extenso abanico de posibilidades combinatorias con el que trabajar para obtener nuestros propósitos. Obviamente, este espacio no da para discutir sus propiedades pero sí para enunciar algunos conceptos relativos a su importancia.

Hagamos un paralelismo gráfico entre el mundo del arte contemporáneo y los aspectos enunciados al principio para ver de qué manera la geometría está involucrada en cada uno de los tres aspectos y cómo estos aspectos son universales y se extienden a toda forma de la expresión humana, incluida la pintura.

 Luz del espíritu
Escuela YI 

UNA APROXIMACION A LA ESCUELA YI

Si atendemos a manifestaciones artísticas recientes que exploran este territorio conceptual, es ineludible mencionar a la ESCUELA YI de pintura china, cuya exposición pasó por España sin pena ni gloria, no por que no la mereciera sino porque no existe entendimiento suficiente en el mundo del arte que es, como la mayoría de lo que nos rodea, puro espectáculo. No obstante, quien quiera saber, deberá esforzarse y estudiar, indagando por aquellos caminos que nadie transita pero están ahí delante, a la vista de todos. Como decía, La Escuela Yi, que recorre los últimos 30 años de la pintura china de vanguardia, establece tres criterios de aproximación al Yi (lo absoluto), concepto inabarcable que representa la totalidad de la experiencia. Esta escuela artística considera la pintura desde un punto de vista metafísico con claras referencias a la meditación, y aborda una manera de representar un aspecto particular de lo absoluto como un reflejo de su totalidad con objeto de poder experimentar parcialmente una realidad mayor y trascendente. Es una forma de hablar también del concepto holográfico.


Si nos fijamos bien, detrás de este lenguaje se encuentra nuestro tetraedro inicial. El Yi, el eje vertical, no se puede alcanzar directamente sino a través del equilibrio de los aspectos subjetivo, objetivo y contextual. Así, se distinguen tres etapas de aproximación, YI XIANG o imagen mental, hace referencia al concepto objetivo asociado a la parte física o material, YI LI o principio mental, se refiere a la parte subjetiva, la forma en que el sujeto experimenta un acontecimiento asociado a el aspecto emocional de la experiencia y, finalmente, YI CHANG o entorno mental, el aspecto contextual o periférico de la experiencia observada, que nosotros asociamos a la parte mental.

(*) Aunque la Escuela china se basa en conceptos mentales, vemos que éste, a su vez, se dividen en tres y aquí añadiríamos la idea de fractalidad. Esta forma de autosimilitud que hace que una forma se pueda replicar infinítamente a diferentes escalas, lo cual es una propiedad que nos interesa mucho. Todo lo vivo y, por tanto, todo lo que a nosotros nos interesa como geómetras de la realidad, es fractal.


  • El exágono es un patrón clásico en la naturaleza. Tiene propiedades asociadas a la acumulación de información y, por tanto es útil a la biología. De hecho, podríamos afirmar que el agua ES la vida, al menos en nuestro planeta. Sabemos por los experimentos de Masaru Emoto que dependiendo del tipo de información que almacena la estructura molecular del agua, genera unas formas cristalinas u otras. El triángulo tiene propiedades relacionadas con la creatividad y es un componente de la forma anterior, también es una figura estable e indeformable.
  • El cuadrado, por ejemplo, resulta una forma estática e inerte, ineficaz para la vida (bilógica). El cubo representa, como forma aislada, un anclaje para la materia inerte y produce una interferencia negativa con los patrones que favorecen la biología.
Las propiedades de cada geometría se irradian en todas direcciones en el espacio que contienen y que las contiene, actuando como resonadores. Es decir, las formas por si mismas NO generan energía (contra lo que muchos autores afirman). Lo que hace la geometría es establecer un patrón en cuya presencia, la energía existente se organiza de una forma determinada adquiriendo las cualidades correspondientes a dicha geometría. Dicha energía cualificada interfiere necesariamente con otros campos energéticos. Si se trata de campos biológicos y el campo dominante en un espacio interfiere de forma no constructiva con él se producen distorsiones energéticas que calan en los diferentes planos energéticos sutiles y físico-etéricos del organismo en cuestión. Si dicho organismo es sensible, como son los animales, a dichas interferencias, tenderá a desplazarse a un lugar donde se encuentre con un entorno más coherente y armónico. Por desgracia los seres humanos somos mayoritariamente poco sensibles a esto y, cuando sentimos estas distorsiones, normalmente las ignoramos.

Pues bien, en el plano que nos interesa, podemos aplicar el concepto de imagen mental (Yi Xiang) a la arquitectura en cuanto que objeto y, en este sentido, nos interesan las relaciones geométricas entre sus diferentes partes y la de todas ellas con el conjunto resultante. También debemos considerar el aspecto subjetivo, cómo se percibe internamente la arquitectura como experiencia. Aquí estaríamos hablando del principio mental (Yi Li) aplicado a la arquitectura y los parámetros que deberíamos considerar serían los campos energéticos producidos por la edificación y que interfieren con el nuestro. Cada persona tiene una sensibilidad diferente a los diferentes tipos de campo, pero existe una estadística bastante fiable sobre lo que es positivo o negativo para el organismo. Una de las cuestiones menos consideradas a la hora de diseñar y construir es el efecto de los diferentes materiales, la forma de los pequeños contenedores o habitaciones y de qué manera se interconectan.


El milenario arte del Feng Shui, hoy día bastante descafeinado al haberse popularizado y vaciado de su verdadero contenido, consideraba importante hasta tal punto estas cuestiones que no existía edificación de mediana importancia que no fuera acompañada de un previo estudio de la distribución de energias del lugar y en el propio edificio.

En este segundo nivel, la geometría interviene en cuanto a la fractalidad o capacidad de carga de los materiales, por un lado, que deberían ser lo más parecidos a lo natural posible y descartando aquellos con tratamientos químicos, demasiado industrializados, sintéticos, plásticos y, atención, el acero laminado y el aluminio, ya que su baja fractalidad no es compatible con la biología y drenan nuestro biocampo descargando la energía que necesitamos para vivir. Del mismo modo las geometrías de los diferentes espacios deberían configurarse con criterios de distribución y/o concentración de energía adecuados a su función específica.


Finalmente, llegaríamos al concepto de entorno mental (Yi Chang) que podemos asociar, en términos arquitectónicos, con el Urbanismo y la construcción de la ciudad en cuanto que representa el aspecto contextual de la arquitectura, así como una de las bases de la estructura social. En este caso, la geometría aplicada es bidimensional dado la escala a que se representa pero, cuando alineamos elementos tridimensionales sobre un patrón geométrico con características energéticas propias, hacemos que las frecuencias correspondientes se solapen o superpongan, pudiendo interferir entre sí de forma adecuada o de forma errónea, es decir, de forma beneficiosa o de forma perjudicial.


Entonces ¿cuál es el factor que determina una u otra cosa? 
Podemos asimilar cada tipo de energía a una frecuencia determinada, es decir, a cada geometría corresponde un patrón de onda y toda onda es capaz de producir un efecto determinado e interferir con otras ondas creando un nuevo patrón, llamado patrón de interferencia. Cuando la forma de estas ondas es compatible, éstas se pueden acoplar y decimos que existe armonía. Pues bien, el efecto que debemos perseguir es la coherencia armónica en los patrones de interferencia dentro de todas las capas o niveles en que actuamos.  

  • Cuando existe coherencia la vida florece y se desarrolla favorablemente. Al contrario, si el resultado es una distorsión caótica de las diferentes frecuencias esto repercute directamente sobre todos nuestros niveles bioenergéticos. Es importante considerar que la mayoría de estos efectos son muy tenues y nuestro sistema inmunológico está diseñado para lidiar con todas estas pequeñas alteraciones. Lo malo es que tienen efectos acumulativos y que, dependiendo de la sensibilidad de cada persona, el sistema inmune tiene un límite, a partir del cual, se estresa y deja de funcionar como colchón protector, momento a partir del que nuestra salud se verá necesariamente afectada. La duración de la exposición y la cantidad de interferencias que recibimos son los factores que determinarán la resistencia ofrecida por nuestro organismo. 


Por otro lado, cuando existe armonía a nivel energético, no solo el nivel físico se nutre y refuerza, haciéndonos más resistentes, sino que también nuestras emociones son más equilibradas, dado que la frecuencia del corazón entra en coherencia. Téngase en cuenta que el campo electromagnético del corazón es el más potente de nuestro organismo, llegando a abarcar una esfera o toroide vertical de 8  metros de radio, mientras que el del cerebro, por ejemplo, no alcanza más de un metro. Por supuesto, en el plano mental, la coherencia armónica potencia las cualidades positivas de dicho plano, como la comunicación, la visión ecuánime y la intuición. Todo este conocimiento antíguo, que hoy día es mucho mayor debido a la posibilidad de ser estudiado bajo la luz de la ciencia moderna y no únicamente de forma empírica o esotérica, por alguna razón ha sido velado al público y permanece aún bajo la custodia de ciertas organizaciones o bien representa, muchas veces, una rama marginal de las investigaciones científicas a la que los organismos públicos dan la espalda. Como decía anteriormente, al buscador auténtico de la verdad le será fácil identificar auqellos caminos de investigación que le serán de utilidad utilizando el simple criterio de que serán aquellos en los que se encuentre con mayor resistencia o desaprobación por parte de estamentos institucionales. Estos serán, precisamente, aquellos caminos a perseguir con mayor ahínco. 

(*) Uno de los mejores trabajos que conozco al respecto, por cuanto a las propuestas y la calidad de la recopilación de información que proporcionan, es el desarrollado por Arturo Ponce de León y Ninón Fregoso en Méjico, quienes se encargan competentemente de la investigación y difusión de muchos de estos conocimientos.



Una de las condiciones geométricas que favorecen la coherencia es la denominada inclusividad armónica o capacidad de concentración de carga o capacitancia eléctrica que tiene relación con la capacidad de algunas geometrías de ser anidadas de forma fractal dentro de otras. Esto que resulta, aparentemente abstracto, tiene relación con las propiedades de algunos números como la llamada razón áurea ó número de oro, representado por la letra griega phi.




Para no extender esta introducción más allá de los conceptos generales terminaré resumiendo lo siguiente.
  •  Estamos rodeados de campos de energía y que las edificaciones generan sus propios campos. 
  • Todo campo de energía es capaz de interferir con otros. 
  • La geometría es una disciplina capaz de plasmar físicamente ciertas relaciones matemáticas. 
  • La Naturaleza produce la vida en unas condiciones energéticas que pueden ser reducidas a relaciones geométricas. 
  • Cualquier geometría produce un campo energético por efecto de la resonancia de su estructura particular y existen relaciones geométricas que responden a los órdenes de la naturaleza y son capaces de producir coherencia. 
  • A los efectos de interés de la arquitectura, estas geometrías responden tanto a los aspectos volumétricos y formales, como a la estructura de los materiales y a los diseños urbanos, efectos que deben ser considerados para producir una verdadera arquitectura, que no es otra que aquella que soporta las condiciones óptimas de vida para el ser humano. 
  • Existen herramientas que permiten manejar la geometría de forma eficaz, leyes geométricas y números o relaciones mediante los cuales obtener efectos concretos.

Para despedirnos, os dejo un vídeo de Evan Grant sobre Cimática, una ciencia que estudia la representación geométrica de campos electromagnéticos, en este caso sónicos. Que lo disfruten.


Seguiremos avanzando.



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